El aborto y los derechos de la mujer

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La negación del aborto viola además los derechos de las mujeres a la libertad, la autodeterminación y la integridad física. El ser forzadas a tener un hijo no es tan sólo una “molestia”, como a menudo afirman los adversarios del aborto. Llevar a término un embarazo es una tarea ardua y arriesgada, incluso cuando es voluntaria. Efectivamente, muchas mujeres disfrutan de (gran parte de) sus embarazos, pero para aquellas que se quedan embarazadas contra su voluntad, la experiencia puede ser totalmente desgraciada. Y el embarazo y parto no deseados son sólo el comienzo de las penalidades causadas por la negación del aborto. La mujer tiene o que cuidar del hijo o dejarlo en adopción. El quedarse con el niño puede impedirle continuar su vida laboral o atender otras obligaciones familiares. Entregar un niño en adopción significa tener que vivir con la tristeza de tener una hija o un hijo al que no se puede cuidar, y a menudo no puede siquiera saber si está vivo y sano. Los estudios realizados sobre las mujeres que han dado a sus hijos en adopción muestran que para la mayoría de ellas la separación de sus hijos es un sufrimiento intenso y duradero.

Incluso si aceptamos el punto de vista de que los fetos tienen derecho a la vida, es difícil justificar la imposición de tales penalidades a las personas que no quieren asumirlas para preservar la vida del feto. Como señaló Judith Thomson en su comentado artículo de 1971 “A defence of abortion” no hay otro caso en que la ley exija a las personas (no penadas por delito alguno) sacrificar su libertad, su autodeterminación e integridad física para preservar la vida de otros.

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Si los fetos fueran ya personas sería arbitrario anteponer los derechos de loa mujer a los del feto. Pero es difícil argumentar que los fetos o recién nacidos sean personas en ese sentido, dado que las capacidades de razonar, ser conscientes de sí y tener reprocidad social y moral parecen desarrollarse después de nacer. ¿Por qué, pues, debemos considerar el nacimiento, en vez de cualquier otro momento posterior, como el umbral de la igualdad moral? Una razón de peso es que el nacimiento hace posible que al niño le sean otorgados los mismos derechos básicos sin violar los de nadie. […] Pero los fetos son diferentes: su igualdad significaría la desigualdad de las mujeres.

El aborto, Mary Anne Warren.