Definición de feminismo

belleza

No soy guapa, nunca lo fui. Tengo gafas, llevé aparato, mi nariz se redondea más de lo aceptable y mi frente no tiene las medidas ni la forma aceptada. Mis ojos son simples y mi pelo y mis caderas no supieron nacer en la época adecuada: ahora no son más que un problema que alisar o reducir. Mis pechos son desiguales, mi vientre nunca ha sido plano ni mis glúteos firmes. Mi vello es negro y duro, no es rubio, suave e imperceptible.

Odio hacerme fotos pero tampoco nunca pretendí ocultar nada: nunca he hecho dietas, no me he puesto lentillas, no me aliso el pelo ni me dejo flequillo ni me maquillo ni me depilo. Simplemente soy la típica chica inteligente y feucha.

Si alguna vez atraigo a los hombres es por tener una sexualidad abierta y sincera que les lleva a considerarme facilona y esto es así tanto para el hombres más guapo y listo como el más feo y tonto.

Ésa soy yo: la chica lista, fea pero facilona.

Ésa soy yo, me digo. Ésa eras tú, me dicen sin palabras. Ésa soy yo, lo veo con mis ojos.

¿Ésa soy yo?

NO. Y éste no es para mí el feminismo.

No soy lo que han dicho que soy. Ni siquiera soy lo que veo en los espejos, porque desde pequeña me educaron los ojos.

Soy fuerza, carácter, alegría, reflexión continua, curiosidad, sexo puro y pasional, vivacidad y palabras, muchas palabras. Soy un cuerpo que expresa todo esto en vez de ser una proyección de una superficialidad heteroconstruida y vacía.

Sigue sin gustarme hacerme fotos porque esa exterioridad estática no me suele representar: no sé posar poque nunca he sido estática, nunca se me ha dado bien estar quieta. Las fotos no me expresan, pero me gusta mirarme cuando sonrío o cómo me expreso al hablar, abrazar o follar con otros/as.

Mi pelo es rebelde, mi sonrisa impulsiva y mis ojos se abren de sorpresa e ilusión a cada poco. Soy constante y tremendamente cabezota. Soy anarquista, militante y moriría por ello y por cualquiera de mis compañeros/as.

Soy fea porque este mundo marcó unos cánones de belleza que yo no tengo, soy facilona porque este mundo vive en una moral hipócrita y heteropatriarcal que no soporto…per hace tiempo que en mi relato empecé a construir un mundo nuevo.

Nos vemos en las ruinas, donde todo empieza.